Frankenstein o el moderno Prometeo del siglo XXI (Capitulo 4)

Capítulo 4

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                                                                                            11-5-2008
Para: Alicia Gómez Maldonado

Asunto: Viaje


Buenos días Ali, te estoy escribiendo a las 6.23 de la mañana, es una hora muy buena, ya que puedo escribirte sin que nadie me interrumpa, aunque tampoco creo que lo hicieran ya que todo el mundo está muy raro, es como si me evitaran, siempre lo hacen pero, esta vez siento que me están juzgando o, tal vez no me creen, quizás piensan que maté a Wade y todo lo que les conté es mentira; no sé, pero cada día me siento más solo; pero bueno, te sigo contando:
Hace unas semanas, por la noche, estaba en la popa del barco apoyado en la barandilla, pensando en Wade y en sus hijos, ¿Como un ser, por muy desalmado que sea, puede matar a una persona?,
mientras pensaba eso, me pareció ver a un delfín nadando; a medida que se acercaba, me iba dando cuenta que no era un delfín, ¡Era la criatura que mató a Wade!; sentí un miedo tremendo y, por unos segundos, me quede paralizado, iba muy rápido y, cuando me quise dar cuenta, se había subido al barco, todo pasó en una fracción de segundo, yo aún no había pensado en que hacer, cuando, en ese momento, el monstruo me dijo: "Tienes algo que me pertenece, ese libro es mío"; de pronto me acordé, se refería al libro que yo había cogido de la cueva, sin dudarlo un momento, metí la mano en la mochila y lo busqué, pero no estaba, ese asqueroso ser me miraba cada vez más enfadado y yo no sabía que decir, el libro no estaba en la mochila; pensé en salir corriendo pero me atraparía sin problemas; mientras estos pensamientos pasaban por mi cabeza, el monstruo dijo: "Los humanos... seres con pocos recursos y escasa inteligencia", cogió mi mochila y sin, ni siquiera mirar, sacó el libro, no sé que es lo que más me dolió, si mi estúpido orgullo o esa punzada que sentí en el pecho; la criatura, sin decir nada, salto por la borda y se perdió en la oscuridad, me di cuenta que al monstruo no le importaba el libro, ya que al saltar, este se mojó y se estropeó, parecía que lo que quería era que yo no lo viese.
Al volver a mi camarote, seguía paralizado por el miedo y no podía casi ni hablar; para calmarme decidí leer un rato el libro que me regalaste en mi cumpleaños, al empezar a leer, me resultó muy extraño ya que las hojas estaban muy gastadas, aún así, pude leer: "Buenos días, soy Mason Horrowith, este es mi diario, esta es mi vida resumida en 265 páginas".

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